Reflexión del curso de Teoría de la Arquitectura
El curso de Teoría de la Arquitectura nos llevó por un recorrido que comenzó oponiendo lo visceral con lo académico y terminó revelando cómo esa tensión atraviesa toda la disciplina. En la introducción (Durand vs. Boullée) descubrimos que la arquitectura moderna se funda sobre dos ideas complementarias: la racionalización (Durand) y lo sublime (Boullée). Ese contrapunto expuso lo que debíamos llevarnos del curso: no elegir bandos, sino entender cómo cada par de conceptos nos lleva a cuestionarnos y hacernos preguntas. En la primera parte, “la percepción de la superficie”, estudiamos la forma como límite visible del objeto. Debatimos “forma vs contorno” y aprendimos, con ejemplos que iban de Borromini a Gehry, que el contorno puede sugerir más que la forma. “Definir el objeto” implicó revisar cómo la piel (desde los muros-tamiz de Utzon hasta la armadura de titanio del Guggenheim) construye significados. La contraposición “ficción de símbo...